Llegamos de noche al aeropuerto de Buffalo, sobre las 19h. Recogimos el coche que teníamos reservado desde España, compañía «Álamo». Aquí comienza toda una aventura, ya que no tenía GPS y fue toda una odisea encontrar el Niágara Parks, en Niagara Falls. A esto le sumamos que nadie habla Español.Tras una hora, y pasar 2 peajes, logramos encontrar el hotel «Imperial Hotel and Suite», nada del otro mundo, pero con una ubicación excelente en el parque.

A la mañana siguiente nos dirigimos a desayunar y encontramos este delicioso dinner a escasos metros de donde nos alojamos.El precio medio por persona fue de unos 15$, con servicio excelente, comida deliciosa (sin dejar de ser american food) y lugar muy higiénico.Lo contrario a la noche en la que llegamos, en la pizzería que estaba justo en la acera de enfrente del hotel.

Seguimos paseando por Clifton Hill hasta bajar a la avenida que nos conduciría a las cataratas.Las primeras que nos encontramos son las Americanas, en línea recta. Al final de la avenida se divisan las Canadienses, en forma de U, las más famosas.

Este lugar ofrece una gran variedad de atracciones, pero las mas famosas son «Cave of the winds» (en el lado americano) y «Maid of the mist» (en el canadiense).Decidimos no realizar ninguna de las dos, el frío nos frenó, a pesar de que íbamos decididos desde España a montarnos en el barquito del Maid of the mist. Vimos la Skylon Tower sobresalir a lo lejos, fue la atracción elegida.

Paseamos por la avenida hasta llegar a «Las cataratas canadienses». Decidimos refugiarnos en el pequeño centro comercial que se encuentra al final de la misma y tomar un chocolate caliente. Lluvia, viento y mucho frío, eso fue lo que obtuvimos a finales de Octubre en Niagara Falls. Si vuelvo algún día será en otro mes, eso seguro. Después tocó subirnos a la Skylon, las entradas nos costaron unos 14$.Las vistas muy bonitas a pesar del día gris.
El hambre apretaba y decidimos ir a almorzar. Encontramos este restaurante italiano, donde degustamos una buena comida por unos 25$ por persona. Gracias a este lugar puedo añadir una cerveza a mi lista de admitidas.Nunca he podido con el sabor fuerte de algunas, tan solo admido «Coronita», «Sandy» y ahora la de «Canada».Increíblemente suave.

Después de comer, disfrutamos de aquel «mini las vegas» hasta el anochecer.Decidimos bajar a ver las cataratas iluminadas, pero cuando llegamos estaban apagadas. Nos quedamos con las ganas.Tocaba descansar, al día siguiente volabamos a NY.

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