Comenzamos el día acercándonos a pie al corazón de la ciudad «La Puerta del Sol», allí nos quedamos alucinados con el bullicio comercial y la cantidad de gente que atravesaba la famosa calle «Preciados». Se accede directamente desde Sol, esta calle es conocida por estar abarrotada de gente en épocas de compra masiva, debido al gran número de tiendas de moda existentes en ella, grandes almacenes y zapaterías.

 Decidimos alejarnos del bullicio y nos dirigimos a la «Plaza de España«, un lugar más tranquilo. Está dedicada a Miguel de Cervantes,cuya escultura se halla en la misma sentado. En la base del monumento, y bajo los pies del escritor, se encuentran las estatuas de Don Quijote y Sancho Panza. Desde allí fuimos a «Moncloa» donde seguimos paseando y observamos de cerca el «Arco de la Victoria«.Data de 1959 y es una obra conmemorativa urbana de la victoria del ejército sublevado en la contienda sufrida durante la Guerra Civil Española. Mide 40 metros de altura.

Decidimos seguir paseando y de camino comer  algo. Repuestas las fuerzas toca dirigirnos a la calle «Paseo del Pintor Rosales», donde procederemos a subir al «Teleférico» hasta la «Casa de campo». Lo recomiento 100%,  desde el mismo momento que subes a la cabina disfrutas de unas bonitas vistas de la capital de España. La ruta comienza  sobrevolando el  Parque del Oeste y la Rosaleda, continúa por encima de la antigua estación ferroviaria de Príncipe Pío, construida en el siglo XIX. Hoy  un importante intercambiador de transportes y un  centro comercial. Por último después de atravesar el río Manzanares se adentra en la Casa de Campo, el principal pulmón verde de la ciudad, para finalizar su recorrido junto a la plaza de los Pasos Perdidos.

Una vez llegado al destino toca apreciar la belleza de este parque público y su lago. Visita obligada para todo turista.

Comienza a oscurecer y es hora de regresar al «corazón» de la ciudad, nos espera una noche de «risas».  Cogimos el metro y decidimos bajarnos en la parada más próxima  a la «Puerta de Alcalá», una de las cinco antiguas puertas reales que daban acceso a los viajeros procedentes de Francia, Aragon o Cataluña.  De camino hacía Gran Vía,cenamos y pudimos ver de cerca lo que es un  símbolo de Madrid,  «La Plaza de Cibeles». En el centro se encuentra la fuente de Cíbeles, esculpida en el año 1782. Cabe mencionar que cada una de las cuatro esquinas de la plaza está presidida por edificios emblemáticos, construidos entre finales del siglo XVIII y principios del XX. Estos son El Palacio de Buenavista, el Palacio de Linares, el Palacio de Comunicaciones y el Banco de España.

El día termina, con risas, muchas risas, pasamos por el hostal para «acicalarnos un poquito»  y directos al teatro «Reina Victoria» al cual nos dirigimos andando desde hotel. En el camino fuimos sorprendidos por la lluvia y tuvimos que «ir más deprisa» que lo que nuestros pies podían. El disfrutar de 95 minutos, sin interrupciones, de una comedia protagonizada por Josema Yuste y Florentino Fernández,hizo que el agotamiento acumulado del día desapareciera por completo.

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