Para finalizar el tercer día elijo Luarca, una ciudad atravesada por el Río Negro que junto con el paisaje montañoso conforman un paisaje espectacular. La visita a los barrios medievales que se encuentran en «La Pescaderia» contrasta con los barrios más burgueses y comerciales surgidos en el siglo XIX. Me cautivó el Cementerio, blanco y sereno, donde la paz que se respira es perturbada tan solo por el sonido del mar.Unas vistas increíbles desde cualquiera de sus dos miradores uno situado junto a la «Ermita de la Atalaya» y otro conocido como el «Mirador del Chano», desde el que obtuve unas vistas de la zona urbana más moderna, las playas, la zona del muelles y las casas escalonadas del Barrio del Cambaral.
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